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Nómada Virtual


Pasa que cuando se acostumbra uno a andar del tingo al tango, como me tuvieron mis padres durante mi niñez, uno se acostumbra a coger sus tereques en determinado momento y partir.
Mis padres me criaron prácticamente como si fuese una nómada. Cada año era una nueva casa, una nueva escuela, nuevos compañeros de clase. Tanto así que no llego a los 30 años y puedo decir que el número de años que tengo es menor al de casas en las que he vivido.

Cuando llegó el momento de independizarme y entonces logré establecerme, me topé con que sentía la terrible necesidad de irme. Pero, cuando ya uno es un adulto con una hipoteca en las costillas, resulta un poco más difícil el arte del “maleta & go”.

Con el auge del Internet, vi una nueva forma de escapar sin necesidad de tener que llamar a U-Haul y volver a empezar de cero (aunque muchas  veces, eso es lo que realmente quisiera). Ahora me muevo virtualmente entre redes sociales. Pareciera que sufro un caso severo de “split personality” pero aparentemente estoy saludable (doy fe de esto luego de haberlo consultado con un pana que es psicólogo). Tranquilos.

Alguno de ustedes habrá tenido la dicha (aquí les doy este “DES” por si necesitan añadirlo), de ver las diferentes “personalidades” que soy capaz de proyectar. Quizás hasta les surgen las mismas interrogantes que a mí. ¿Cuál de todas soy realmente? Resulta que soy todas pero ninguna a la vez. Me las vivo una a una.

Perdonen lo malo. Gracias por siempre leer. Aquí vamos.