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Los Nietos: La Segunda Oportunidad

Estaba anoche en una fila interminable de Walmart con mi madre. —¿Sabes que te toca poner el árbol cuando lleguemos a casa verdad?, me dijo. Me quedé en silencio aunque en mi mente gritaba: "¡Qué cojones!" Si mi espíritu navideño estuviese al día no tendría que poner el árbol un 23 de diciembre. De seguro ya para el 1ro de noviembre hubiese estado up and going. 

Anyway, luego de un profundo silencio, le dije: "Oye mami, ¿pero por qué hay que poner el árbol? ¡Tú nunca pusiste árbol cuando nosotros eramos chiquitos!" Debo haberlo dicho en un tono bastante alto, lo suficiente como para que la muchacha de al frente se virara y sonriera. —Hay que poner el árbol por el nene. Además, nosotros no teníamos árbol. Dijo mi madre y cuando contesté de inmediato: "Oh, sí!". La muchacha se volvió a virar, se quitó un audífono que tenía en la oreja y bien amotiná nos dijo: "Cuando yo era chiquita en mi casa nunca ponían árbol de navidad. ¡NUNCA! Ahora que hay nietos, el árbol no falta ni un año. A la verdad que los nietos cambian a los padres."

Ya yo me había dado cuenta de esto. Los padres cambian con los nietos y no son los mismos que eran cuando nos criaban a nosotros, los hijos. Nuestros padres ya no son nuestros aliados, son nuestros enemigos, auto-proclamados defensores de los nietos.


Es muy gracioso porque mi madre me crió de una manera, con ciertas expresiones y maneras de reprenderme que ahora al yo utilizarlas, me cuestiona. Resulta que con el nuevo rol de abuela, también ha olvidado que ella lo hizo alguna vez y que tan solo soy una copia exacta de lo que ella me inculcó indirectamente con su forma de crianza. No puedo enumerar cuántas veces mi madre utilizó la expresión: ¡Nena coge un buche!, ayer cuando la utilicé con Lex, casi muere. Me trató de maltratante. Entonces, ¿fui yo una niña maltratada?

Los abuelos disfrutan de ciertos privilegios y dichas que nosotros como padres no podemos disfrutar. El nieto se pone majadero y lo consciente y si se pone extra majadero, mandan al respectivo padre/madre para que lo busque y caso resuelto. Un padre no, el padre tiene que quedarse con el niño hasta que este decida enchularse y coger vuelo.  Hasta entonces no hay un respiro para el padre... ¡Y cuidao'!

En fin, eso de ser abuelo me parece bastante divertido. Yo en lo particular no puedo esperar a que me toque el turno para entonces tener mi momento de brillar como una abuela cool que de seguro seré y decirle a Lex: "Ahora te toca a ti papá. Ahora es que vas a ver si el gas pela.", o algo así. 

Muchas veces he pensado que los abuelos se tornan blanditos en la mayoría de los casos porque es su segunda oportunidad de ser lo mejor que pueden ser. Las circunstancias sacan lo mejor de ellos porque mira que ser madre no es nada fácil. A pesar de mis grandes deseos de ser la mejor madre del mundo, estar siempre de un muy buen humor y ser súper divertida, la vida y las situaciones a veces no me ponen en la entera disposición y el estrés y las presiones que vienen con la responsabilidad de tener un ser por el cual hay que dar el todo, lo hacen un poco más difícil. 

Recuerdo que muchos decían que mi abuelo no fue el mejor papá del mundo. Mi abuelo tuvo 14 hijos (quítenle o pónganle), tuvo mucho trabajo y enfermedades a muy temprana edad que quizás hicieron que no fuera el mejor de los padres. Esto sumado a que todos esos hijos fueron de diferentes matrimonios. ¿Ven? Ya el ser abuelo nos da la ventaja de que no importa de qué matrimonio son esos nietos, ese dato es irrelevante, no nos quita nada, nadie se afecta. El punto, mi abuelo fue el mejor abuelo del mundo para mí. Yo fui su pequeña princesa y me dio todo el amor que necesité. Yo fui su segunda oportunidad para demostrar que él podía criar a alguien con toda la atención y añoñamiento del mundo.

Por ahora tendré que seguir en mi rol de madre pero ya tendré mi momento. Me queda ser fuerte, poner el árbol, aguantar regaños y esperar.